El Despido de Miguel Matamoros: Capitulo 3, Re-Bautizando al Trio

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Este es el 3er capítulo de una serie de ficción-histórica de 5 partes conmemorando el natalicio 125 de Miguel Matamoros, uno de los pioneros del «son» cubano.

Después de que Miguel Matamoros se dio cuenta de que el Sr. Terry se había ido del club nocturno, fue directamente a la esquina del bar donde los muchachos del septeto lo esperaban. Su rostro no pudo ocultar la decepción. Tantos años de trabajo por lograr su sueño para verlo irse por la puerta con quien decide a quien se graba y a quien no.

Ordenó su bebida de costumbre con la esperanza de ahogar su frustración. Cuando agarro su trago y se dio vuelta, vio a un hombre acercándose a él, al que reconoció inmediatamente como uno de los tipos que habían estado en la mesa del Sr. Terry.

Miguel Matamoros y su Trio Matamoros
Miguel Matamoros tuvo que re-bautizar su Trio Oriental como Trio Matamoros.

«Saludos señor Matamoros. Mi nombre es Juan Castro.», le dijo el hombre mientras extendía su mano para estrechar la de Miguel. «Trabajo para Humara y Lastra, y somos socios del Sr. Terry y RCA Victor. Nos gustaría invitarlo a almorzar con nosotros mañana en el hotel. ¿A las 12:30 de la tarde está bien para usted?»

«Claro, allí estaré», respondió Miguel tratando de recuperarse rápidamente de la sorpresa.

«¡Perfecto! Nos encantó su música esta noche. Y es evidente que al público también le gusta». dijo el señor Castro.

Vestido con un traje gris claro cruzado y con los zapatos blancos y negros que están de moda, el Sr. Castro le dijo a Miguel que esperaba verlo en el almuerzo al día siguiente, volvió a estrecharle la mano para despedirse antes de abandonar el club. En cuestión de segundos, el rostro de Miguel había cambiado de uno sombrío a uno radiante de felicidad!

Al día siguiente durante el almuerzo, el Sr. Terry le ofreció a Miguel Matamoros un contrato de grabación, tal como Miguel había anticipado después de la conversación con el señor Castro la noche anterior. Al Sr. Terry le gustaron de igual forma las canciones en el formato de trío como en el de septeto, pero decidió que solo grabaría el formato trío por ahora.

Miguel no pudo contener su emoción. Fue a la casa de Siro, donde Rafael también esperaba la confirmación de las buenas noticias.

«¡Tenemos el contrato de grabación!», Dijo Miguel con una amplia sonrisa. Siro y Rafael explotaron gritando, abrazándose y saltando como niños celebrando un jonrón de Mike Gonzalez.

«Ahora tenemos que decidir si queremos ir a grabar en Argentina o en Nueva York», agregó Miguel.

Rafael no dudó en responder. «Lo bueno de Argentina es que todo el mundo habla español, pero el viaje en barco es demasiado largo. Siempre quise ver Nueva York, por eso me gustaría ir allá», dijo.

«Yo también», agregó Siro. «Quiero ver la ciudad con los edificios altos y que nunca duerme».

«¡A Nueva York es que vamos!», agregó Miguel, con una sonrisa que no se quitaba de su rostro.
«¡Pasemos por el hotel para informarle al Sr. Terry, y luego seguimos a darnos unas cervezas para celebrar!»

Cuando finalmente llegó el mes de mayo, Matamoros y su Trío Oriental hicieron el viaje en barco a Nueva York. Viajaron en un crucero nuevecito; el SS Shawnee inaugurado en marzo, el cual ofrecía servicio de lujo desde La Habana a Nueva York. El día después de su llegada a la gran urbe, fueron recogidos en su hotel y conducidos al estudio de grabación de RCA Victor en Camden, Nueva Jersey.

SS Shawnee hoja de promocion de su inauguracion en 1928.
El SS Shawnee es un barco crucero que inauguro servicio entre Habana y Nueva York en 1928.

Los tres quedaron impresionados cuando entraron al estudio.
«Todo aquí es tan nuevo y bonito», dijo Rafael. «Primero el barco; y ahora, ¡mira este estudio y todo ese equipo electrónico!», dijo asombrado.

Siro agregó: «Chicos, todo lo que debemos preocuparnos son los micrófonos, sus guitarras y mis maracas y güiro. Tenemos un buen repertorio, que hemos tocado como un millón de veces juntos. Hagamos nuestra mejor versión de estas canciones», dijo con entusiasmo, tratando de calmar los nervios de todos justo antes de grabar por primera vez.

Mientras el ingeniero de grabación preparaba las cintas, se dio cuenta de que necesitaba agregar el nombre del grupo para identificar el «reel».
«¿Cómo se llama su grupo?», les preguntó.

«Trio Oriental», respondió Miguel, casi al instante.

El ingeniero frunció el ceño, sacó un documento que tenía cerca de él y comenzó a revisarlo.

«¿Hay algún problema?», preguntó Miguel, percibiendo preocupación en el gesto del ingeniero.

«Sí, me temo que sí. Ya hay otro grupo con ese nombre. Tendrán que encontrar otro nombre para su grupo», respondió.

Miguel no esperaba esto. Aunque todos en el trio eran tremendamente creativos, no podían ponerse de acuerdo en un nombre que les gustara a todos. Siro, Rafa y Miguel consideraron varios nombres, pero ninguno los convenció para el trío. El nombre que escogieran también tendría que servir para el septeto.

El ingeniero quería comenzar la sesión de grabación, así que después de un rato intervino con los músicos.

«¿Puedo sugerir el nombre de ‘Trio Matamoros?»

Miguel miró a Siro y Rafael para ver sus reacciones. Ambos se encogieron de hombros y respondieron: «Está bien con nosotros».

Sin decir una palabra, Miguel le devolvió un gesto de aprobación al ingeniero de grabación. Enseguida, el ingeniero escribió «Trio Matamoros (28 de mayo de 1928)» en la etiqueta del «reel», el cual estaba lleno de cinta de grabación en blanco.

Todo este incidente del cambio de nombre tuvo un efecto calmante en los tres músicos. Los tres pensaron que cambiar el nombre del grupo era un detalle insignificante para poder realizar la grabación. Sin embargo, los pocos minutos sirvieron para calmar sus nervios. De alguna manera, les quitó de la mente la preocupación de tener un buen desempeño en su primera grabación. Después de que cambiaron el nombre del grupo, el trío se enfocó en su música.

Con eso, el recién nombrado Trio Matamoros pasó a tocar como si estuvieran tocando solo para ellos en los escalones frente a la casa de Miguel. Tal como lo habían hecho muchas veces antes mientras ensayaban nuevas canciones. Luego grabaron 21 canciones en tres días; una mezcla de boleros, sones y guarachas, aunque los boleros dominaron esta sesión de grabación.

Les han dicho que los LP de 78″ comenzarían a salir en unos 2 o 3 meses. Depende de cuánto trabajo tenían en RCA. El trío salió de Nueva York con grandes esperanzas de que sus canciones se convirtieran en éxitos. Pero fue todo ilusiones: no tenían idea de si los discos se venderían o si los reproducirían en la radio.

Enlaces:

Capítulo 1: La Audición
Capítulo 2: Segunda Oportunidad

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