Café con Héctor «Atabal» Rodríguez
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Héctor «Atabal » Rodríguez es una de esas personas que ha seguido su pasión no sólo para ganarse la vida, sino aún más importante, para dejar su huella en nuestra música.
Fundó el grupo que lleva su apodo, eligiendo el difícil camino de enfocar su música en los ritmos folclóricos. Aunque puede que no haya sido la mejor decisión desde el punto de vista comercial, esto ayudó a revivir los ritmos folclóricos de Puerto Rico de Bomba y Plena.
Héctor Rodríguez siguió este camino por su «amor al arte», como dice el dicho. Era un hombre muy agradable y humilde; de voz suave y sin pretensiones, pero orgulloso de lo que había conseguido. Nuestra conversación fue como sentarse a tomar un café virtual juntos.
Héctor «Atabal»; Su Pasión por la Música
Aunque no creció en una familia de músicos, Héctor Rodríguez creció en una familia que amaba la música y la escuchaba constantemente.
En su casa, que estaba ubicada en el sector Tras Talleres de Santurce, PR (comenta en broma que Andy Montañez no fue el único músico que salió de ese sector), sus padres y hermanos escuchaban todo tipo de música. Sus preferencias musicales variaban desde cuartetos de guitarra (como el Cuarteto Mayarí, y el Cuarteto Marcano), a la música folclórica puertorriqueña, a Cortijo, y hasta Tito Puente y Machito.
Los primeros instrumentos musicales que practicó fueron el cencerro y las maracas.
Según me contó Héctor, «cuando crecía, había unos guitarristas y cuatristas que se reunían en un terreno vacío detrás de mi casa para tocar y cantar. La primera vez cogí el cencerro o las maracas y seguí el ritmo con ellos. Con el tiempo, en estas reuniones, insistían en «darle el cencerro al chamaquito», (el chamaquito era yo) porque podía llevar bien el ritmo. Ellos eran buenísimos con los instrumentos de cuerda, pero no podían llevar el ritmo con los instrumentos de percusión.»
Años más tarde, tras retomar el bongó como su instrumento preferido, a Héctor «Atabal» se le presentó su primera oportunidad profesional en bandeja de plata. Un amigo suyo tocaba los timbales para el maestro Claudio Ferrer. Su amigo dejó el Conjunto de Ferrer para ir a tocar con un grupo de salsa y le recomendó a Héctor que ocupara su lugar. Cuando el amigo se dirigió a Héctor, el futuro fundador de Atabal se mostró muy reacio a aceptar la oferta.
«Le dije que no tocaba timbales, y me dijo que como tocaba bongos, se me haría fácil tocar los timbales. Entonces le dije, ‘pero no tengo timbales’, y él insistió ‘puedes coger los míos’. No me cobró ni un centavo por ellos. Así que no pude negarme».
Hector estuvo un año con Claudio Ferrer. Después de eso, comenzó a tocar para varios cantantes como Danny Rivera, Sophy, Nydia Caro, y muchos más.
Orígenes de Atabal
A principios de 1983, Héctor Rodríguez y algunos amigos decidieron crear un grupo aparte para tocar música como diversión. Irving García y Jorge Arce (de Haciendo Punto en Otro Son), y Ramón Pedraza (un «plenero» callejero) se unieron a Héctor para formar el grupo sin nombre.
«La idea surgió al ver tocar al grupo cubano de percusión y voz ‘Los Papines’. Tenían una cosa de «música y espectáculo» en la que tocaban y cantaban Guaguancó, y añadían un espectáculo con un poco de comedia, etc. Lo vi y me pregunté por qué no podíamos hacer lo mismo pero con nuestros ritmos puertorriqueños». recordó Héctor.
Como eran un grupo pequeño de cuatro o cinco miembros, les resultaba fácil viajar. Y los viajes los hicieron mejorar. «Cuando viajas, tenemos que estar con los demás y tocar todo el día. Mejoramos porque no tienes más remedio que mejorar».
«Durante algún tiempo no tuvimos un nombre. Entonces, un día, Irvin García tuvo una idea. El nombre principal que pensábamos para el grupo era «Tambor». Un día Irvin dijo que se había enterado de que Atabal significa tambor en lugares de América Central y del Sur. Nos gustó el nombre porque era corto y fuerte. Tuvimos que dar muchas explicaciones sobre lo que era el nombre, y lo seguimos haciendo hasta hoy, pero nos gustó el nombre».
A finales de 1983, Atabal realizó su primera grabación, «Del Caribe al Brasil «. Esto les trajo aún más trabajo. Como recuerda Héctor, «tocábamos Bomba y Plena, pero también otros ritmos del Caribe y de Centro y Sudamérica».
Atabal se Enfoca en Bomba y Plena
«A todos nos gustaba la Bomba y la Plena, así que nos enfocamos en esos ritmos. Tenía amigos que sugerían que necesitábamos tres bailarinas al frente para atraer a la gente. Otros sugirieron que nos metiéramos en el merengue, ya que en los 80 era muy popular. Gracias a Dios no les hice caso a ninguno de ellos».
«La gente nos decía que no era una buena idea comercial. Pero a mí me gustaba lo que hacían Los Papines en Cuba, y pensamos que la Bomba y la Plena son tan bailables como la Salsa. Así que seguimos adelante con el concepto de un grupo de voz y percusión y le añadimos un espectáculo».
Héctor «Atabal» continuó explicando que «en la época en que nos organizamos, sólo había unos cinco o seis grupos de bomba y/o plena. Estaba Quinto Olivo, los chicos de Ponce ‘Los Guayacanes’, Pleneros de la 23 Abajo, estaba Paracumbé, y un par más«.
Héctor «Atabal» Rodríguez cree que necesitamos ambas cosas, grupos que toquen la Bomba y/o Plena tradicional, como Los Cepeda, y también grupos que sigan evolucionando el género para hacerlo más contemporáneo.
«Hoy en día hay más eventos de Bomba y Plena que nunca. Todos los fines de semana hay Bombazos o Plenazos en pueblos y ciudades de la isla. Veo a más gente joven involucrada con estos ritmos, especialmente con la Bomba, de lo que he visto en el pasado. Así que estoy contento y satisfecho de ver que las nuevas generaciones están abrazando esta música. Estoy en paz».
Atabal Actualmente
Como resultado del duro trabajo y de la posición que se han ganado en el creciente campo de la Bomba y la Plena, Atabal se mantiene muy activo estos días.
El hijo de Héctor, Caymmi Rodríguez, ha asumido la dirección del grupo.
«Caymmi tuvo que demostrar que era digno de estar en el grupo. Tenía que ganarse el puesto, no estar aquí porque es el hijo del director». Con ello, Caymmi aprendió y pulió sus destrezas en Bomba y Plena con los grupos de Ramón Pedraza y Modesto Cepeda. Pasó varios años con estos grupos antes de unirse a Atabal.
«Caymmi sabe lo que es cantar una Bomba o una Plena. Además, sabe tocar, e incluso escribir». dice orgulloso Héctor «Atabal».
Caymmi lleva ya unos 8 años en el grupo. Ha ayudado al grupo a evolucionar hacia un sonido más contemporáneo. Sus canciones son de temas románticos o festivos. Esto sigue perfectamente el gusto que los aficionados de la música tienen actualmente en otros géneros.
«Ya estábamos empezando a ir en esa dirección…», añade Héctor, «…pero Caymmi nos ha ayudado en ese sentido».
En 2011, el grupo grabó un disco buenísimo titulado «Soneros en la Plena» con una lista de cantantes populares invitados. Entre ellos, los buenos amigos Andy Montañez, Tito Rojas, Víctor Manuelle, Luisito Carrión, Jerry Medina, Wichy Camacho, Juan Pablo Díaz y Herman Olivera. También incluyó a las estrellas del reggaetón Vico C y Julio Voltio.
Después de lanzar algunos sencillos como «Hasta Que Amanezca» y «Me Diras Que Si», el grupo finalmente lanzará un nuevo álbum (EP) a finales de este año. Muy pronto lanzarán un nuevo sencillo el cual se titula «Yo Soy Atabal«.
Otro aspecto que Caymmi ha aportado a Atabal es el uso de vídeos para promocionar sus canciones.
«Hoy en día, hay más gente que ve vídeos que la que escucha el disco», dice Héctor con razón. «Caymmi es muy meticuloso con eso, y el nuevo video de «Yo Soy Atabal» es genial».
Legado de Héctor «Atabal» Rodríguez
Lo que empezó como un grupo de cuatro personas apasionadas por los ritmos folclóricos, ha evolucionado hasta convertirse en una banda de 10 u 11 músicos. Atabal se dirige como una organización, con Caymmi ahora al frente del grupo, y la viuda de Héctor, María Rivera Laborde como su Jefa de Relaciones Públicas.
Atabal comenzó a principios de los 80, cuando la gente se cuestionaba la propia supervivencia de la Bomba y la Plena. Habría que esperar más de una década para que se formara uno de los grupos más populares de este género, Plena Libre. Mientras tanto, Atabal era uno de los pocos grupos que aguantaban las paredes, alimentando la Bomba y Plena para que pudieran sobrevivir y crecer hasta la posición que tienen hoy.
Todavía nos queda mucho que hacer por estos géneros puertorriqueños. Sin embargo, le debemos mucho a Héctor «Atabal» Rodríguez por sus contribuciones a través de Atabal.