Iconos de la Ranchera Parte 1: José Alfredo Jiménez

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La música ranchera mexicana ha gozado de gran popularidad durante el último medio siglo, en gran parte gracias a las aportaciones de dos artistas: José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel.

Entre los dos han escrito más de 2,000 canciones, y algunas de ellas (o quizás debería decir muchas) se han convertido en estándares del cancionero mexicano. Dos artistas, de dos épocas diferentes, con dos estilos de vida distintos, y al mismo tiempo con muchas similitudes y nexos.

Quizás pienses que han habido muchos otros artistas famosos de ranchera a lo largo de los últimos 65 años, y es cierto. Entre ellos, cabe destacar a Pedro Vargas, Antonio Aguilar y Vicente Fernández.

Sin embargo, como autores de canciones, José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel no sólo crearon éxitos para ellos mismos, sino que sus canciones impactaron a muchos otros artistas. Para mí, esta es la razón por la que sus contribuciones a la música ranchera son quizás las más impactantes del cancionero mexicano.

En esta primera parte de una serie de dos, destaco al cantautor mexicano José Alfredo Jiménez. José Alfredo surgió de las calles pobres de Guanajuato, México, para alcanzar la fama internacional. Al hacerlo, elevó la música ranchera a nuevos niveles. Tambien inspiró a las siguientes generaciones de artistas mexicanos, incluyendo a Juan Gabriel. Sin embargo, su gloriosa carrera contrastó con su trágica y corta vida.

De Orígenes de la Ranchera a José Alfredo Jiménez

Permítanme hacer un rápido resumen para hilvanar la historia desde los orígenes de la música ranchera hasta José Alfredo Jiménez.

Aunque algunas personas sitúan los orígenes de la ranchera a mediados del siglo XIX como la música que tocaban los primeros mariachis, la opinión generalizada es que la música ranchera empezó realmente durante y justo después de la Revolución Mexicana de principios del siglo XX. Se convirtió en la canción adoptada por el pueblo de México como forma de protesta contra la aristocracia de la época, ejemplificada en los excesos del entonces dictador Porfirio Díaz.

El nombre de Ranchera viene de Rancho, es decir, la música del rancho. Las primeras letras eran alusivas a la Revolución. Esto quizás explique la inserción del «Grito Mexicano» en los interludios de las Rancheras, y quizás sea la razón por la que los temas de las Rancheras son principalmente sobre el patriotismo y el amor. Un buen ejemplo es la ranchera «Adelita«, que toca ambos temas.

Quizá la artista más destacada de los años de la Revolución fue Lucha Reyes, considerada la «madre de la ranchera» y la «reina del mariachi». Comenzó a crear estándares mexicanos como«¡Ay Jalisco, no te rajes!«, una referencia a su estado natal. Lucha fue muy popular durante la década de 1920 hasta 1944, cuando tuvo una muerte temprana y repentina, con sólo 38 años.

Para que puedas hacerte una idea de su talento, aquí tienes un vídeo extraído de una película de 1941 en el que Lucha Reyes canta la canción que ayudó a popularizar,«Ay Jalisco No Te Rejes«.

Dos estrellas de cine mexicanas (recuerdo haber visto algunas de sus antiguas películas) tomaron el trabajo de Lucha y ayudaron a popularizarlo a nivel nacional e internacional. Jorge Negrete y Pedro Infante cargaron la ranchera durante las dos décadas siguientes. No eran grandes compositores, pero como cantantes y actores, difundieron la popularidad de la música ranchera por toda América Latina gracias a las numerosas películas que realizaron a través de la prolífica industria cinematográfica mexicana a partir de los años 40 y hasta mediados de los 50.

José Alfredo Jiménez Reinventa la Ranchera

A pesar de todos los grandes intérpretes de música ranchera que le precedieron e incluso fueron sus contemporáneos, José Alfredo Jiménez se convirtió en el primer cantautor prolífico de la música ranchera . José Alfredo luchó por encontrar su camino en la vida, pero una vez que se centró en la música, pasó a escribir algunas de las canciones más memorables de la música ranchera hasta el día de hoy. Trágicamente, su nueva fama, su dinero y su estilo de vida bohemio le llevaron a una muerte prematura.

José Alfredo se Dedica a la Música:

El amor de José Alfredo Jiménez por la música se manifestó muy temprano, ya que empezó a escribir y cantar sus primeras canciones cuando sólo tenía 14 años. Pero su amor por el fútbol le llevó a perseguir su ambición de convertirse en profesional de ese deporte, y José Alfredo se convirtió en un portero muy bueno. A los 18 años se mudó con su tía de Dolores Hidalgo a la Ciudad de México. Pero cuando sus planes en el fútbol no florecieron, encontró otras formas de ganarse la vida, como la venta de zapatos y como mesero en un restaurante.

Fue en ese restaurante donde su vida cambiaría. José Alfredo se unía de vez en cuando al «trío» del hijo del dueño del restaurante, y practicaba con ellos algunas de sus propias canciones. A medida que fue adquiriendo confianza en sus composiciones, intentó entregar sus canciones a algunos cantantes famosos de la época (Jorge Negrete, Pedro Infante, Pedro Vargas y otros) para que las cantaran, pero no tuvo suerte.

Cuenta la leyenda que un productor discográfico escuchó a uno de los cantantes del estudio interpretando una de las canciones de José Alfredo, y se interesó por su material, que para entonces había crecido hasta convertirse en una numerosa colección. Le gustó lo que escuchó y contrató a José Alfredo en lo que sería su camino a la inmortalidad.

Canciones Famosas de José Alfredo Jiménez:

José Alfredo Jiménez no estudió música; le salió de forma natural. A pesar de que no sabía leer música ni tocar ningún instrumento musical, José Alfredo Jiménez llegó a grabar más de 20 discos y participó en otras tantas películas. Sin embargo, su legado más importante son las más de 1,000 canciones que escribió, entre ellas las que pasaron a formar parte del cancionero mexicano.

Así que te preguntarás… ¿cómo hizo para escribir tantos estándares de ranchera mexicana sin siquiera saber música? Supongo que lo hizo de forma similar a como lo hizo el percusionista cubano (y también analfabeto musical) Chano Pozo. José Alfredo tarareaba o silbaba la melodía a un amigo músico (normalmente el maestro Rubén Fuentes), que luego creaba el arreglo musical. Chano Pozo utilizó la misma técnica con Dizzy Gillespie cuando ambos hicieron historia juntos en los primeros tiempos del jazz be-bop en el Nueva York de los años 40.

Volvamos a José Alfredo. El tema de la mayoría de sus canciones era el amor, aunque también exploró las canciones patrióticas, e incluso algunas en las que destacaba el consumo de alcohol. Entre las muchas canciones que escribió y que se convirtieron en clásicos del cancionero mexicano están «Tu y Las Nubes«, «Que Te Vaya Bonito«, «El Rey«, «Si Nos Dejan«, «Media Vuelta«, «El Caballo Blanco«, «Me Equivoqué Contigo«, «Amanecí en tus Brazos«, «No me amenaces«, y cientos más. Después de alcanzar la fama, siguió escribiendo canciones para artistas particulares, como Irma Dorantes, «Muy despacito«; Columba Domínguez, «Si nos dejan«; Irma Serrano, «Te quiero, te quiero«; Lola Beltrán, «Qué bonito amor«; Irma Serrano «No me amenaces«; Lucha Villa: «Amanecí en tus brazos«, y Alicia Juárez, «Debí enamorarme de tu madre«.

Aquí tienes un fragmento de la película«La Fiera» de 1958 en el que puedes ver a José Alfredo Jiménez cantando su clásico«Tu y Las Nubes«, una canción que también popularizaron en la salsa Willie Colón y Celia Cruz:

Una de las cosas que me fascinan de las canciones de José Alfredo Jiménez es su capacidad para transmitir fácilmente su mensaje de una manera con la que todos podemos relacionarnos. Aunque era poético, mantenía la sencillez de sus canciones. Tal vez su modesta educación y el hecho de que no supiera de música le ayudaron a concentrarse en transmitir su mensaje de la forma en que la mayoría de nosotros lo haríamos si fuéramos capaces de expresar nuestros sentimientos con tanta elocuencia.

Su Vida, su Muerte y su Legado

Un dato curioso que encontré fue que José Alfredo, al igual que varios de los artistas que vivieron antes y alrededor de su época (Lucha Reyes, Pedro Infante, Jorge Negrete y Javier Solís), vivió «deprisa y corriendo», lo que se tradujo en una vida intensa y productiva, pero también corta.

Aunque pasó gran parte de su vida con su esposa de toda la vida Paloma Gálvez (tuvieron 2 hijos), hacia el final de su vida también se casó con una joven Alicia Juárez que aún era una adolescente. En realidad, nunca se divorció de Paloma, ya que se casó con Alicia en Estados Unidos, donde ella vivía, más como una formalidad para apaciguar a sus padres. Entre estas dos mujeres, tuvo muchas otras relaciones, varias de las cuales (incluidas sus esposas) inspiraron muchas de sus canciones.

El genio creativo de José Alfredo Jiménez no se limitaba sólo a la composición de canciones, ya que también era un ávido contador de chistes, muchos de ellos de su propia creación.

Pero fue otra de sus pasiones, su amor por el alcohol, la que le llevó a un final prematuro. Al igual que con sus otras pasiones, también escribió canciones con el alcohol como tema, como «Llego Borracho el Borracho«, que le valió una buena dosis de críticas por idolatrar el vicio de la bebida. Y así, con la cirrosis hepática consumiendo su vida, apareció en el famoso programa de televisión mexicano «Siempre en Domingo» una noche en 1973 para cantar su última canción «Gracias«, con el que mostró su agradecimiento y se despidió del público que le adoraba tanto como sus canciones.

La muerte de José Alfredo Jiménez cerró uno de los capítulos más ricos de la historia de la música mexicana. Un cantautor que, quizás por su analfabetismo musical, fue capaz de escribir canciones sencillas y poéticas que llegaban a la humanidad esencial de todos nosotros.

Juan Gabriel en la Parte 2:

En la segunda parte de esta serie de blogs sobre Iconos de la Ranchera, exploro cómo Juan Gabriel continúa el legado donde lo dejó José Alfredo.